Pacto con el Diablo en español
A lo largo de la partida, los jugadores tratarán de conseguir recursos básicos (madera, piedra y trigo), recursos valiosos (mármol y vidrio) y monedas para construir edificios, contratar cortesanos y alcanzar importantes logros. No siempre dispondrás de todos los recursos que necesitas, así que podrás hacer tratos con los jugadores y endeudarte para costear tus gastos.
Mientras administras tu reino, también deberás cuidar de tu reputación. ¡Para gobernar hay que dar ejemplo! Algunos eventos y la construcción de ciertos edificios relacionados con la alquimia pueden afectar negativamente a tu reputación. Por si no fuera poco, tras algunas rondas habrá una caza de brujas: ¡Aquí huele a magia negra! En este punto, los jugadores votarán y quien reciba dos o más votos será interrogado. En este punto, deberá mostrar la pureza de su alma. Si no puede hacerlo (mostrando 3 pedazos de alma), será penalizado.
Durante la fase de comercio, los jugadores podrán ofrecer a ciegas recursos a cambio de dinero. El Diablo tentará a los mortales con bienes a cambio de una parte de su alma, mientras que la naturaleza del sectario es vender su alma fácilmente, pues ganará puntos si se entrega en cuerpo y alma a Lucifer. Pero mucho cuidado con hacer alarde de lo bien que te van las cosas, pues eso puede despertar el interés de la Inquisición. Y es que además de la caza de brujas, el Santo Tribunal también persigue las fuerzas del mal. De nuevo, los jugadores deberán mostrar su alma si quieren evitar la ira de la Inquisición. También pueden tratar de sobornar a sus eminencias... Por un módico precio, harán la vista gorda. Por último, los jugadores mortales y el sectario tratarán de adivinar los roles de sus oponentes para ganar algunos puntos extra.
Pacto con el Diablo es un juego muy temático, que a su vez es exigente. Todo un reto que encantará a los amantes de títulos de la escuela checa (Alquimistas, Through the ages, Las ruinas perdidas de Arnak...). Hacer buenos tratos será tan importante como saber en qué gastar los recursos, mientras hacéis lo posible para mantener la reputación y la Inquisición a raya. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a mantener intacta tu alma?